La gran pregunta que se genera acerca del Graffiti es si este se puede considerar un Arte o es simplemente vandalismo. La mala reputación que este medio de expresión ha tenido, viene del hecho de que históricamente se ha asociado al Graffiti con pandillas y géneros musicales callejeros, y a su vez el mal manejo que muchas personas le han dado, al pintar edificaciones y monumentos de gran valor histórico y arquitectónico, han logrado crear en la mente de las personas un concepto errado del verdadero sentido artístico del Graffiti.
Un verdadero artista del Graffiti debe aprovechar las paredes vacías de la ciudad, aquellas que no hacen parte de edificaciones o monumentos.
El artista del Graffiti debe embellecer la ciudad utilizando como lienzos, los muros viejos, fríos y sucios que hay sobre avenidas y calles. Darle vida a edificaciones que parecen monumentos de un pasado decadente con vidrios rotos, techos destruidos y paredes erosionadas.
El Graffiti como arte se vuelve inmenso al tomar lugares feos, grises e impersonales y llenarlos de color, arte y belleza, al compartir un mensaje, una idea, un concepto con toda la población y al convertir la ciudad en un gran museo al aire libre.
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